LAS TRES OPCIONES DE ARTUR MAS
El laberinto
catalán enfila en las próximas semanas su fase final, aquella en la que todas
las incógnitas que persisten a día de hoy quedarán despejadas por completo: ¿se
llegará a celebrar el referéndum del 9 de noviembre?, ¿habrá choque de trenes?,
¿adelantará Artur Mas la convocatoria de elecciones?...
En este momento lo único claro es que el
presidente de la Generalitat de Cataluña está decidido a celebrar la consulta
independentista una vez que el Parlamento catalán haya aprobado en los próximos
días la ley que le dará cobertura jurídica. A partir de ahí, la pelota pasará a
Madrid, donde se espera que el Gobierno recurra el decreto de convocatoria y,
acto seguido, el Tribunal Constitucional (TC) proceda a suspender cautelarmente
el referéndum.
Mas ya ha dicho que al día siguiente de
que los tribunales le impidan celebrar la consulta convocará en su despacho a
los partidos partidarios de la iniciativa: Convergència i Unió (CiU), Esquerra
Republicana de Catalunya (ERC), Iniciativa per Catalunya (ICV) y la Candidatura
d’Unitat Popular (CUP). El objetivo de esa reunión es acordar los pasos
siguientes. Pero el problema es que no parece que haya unanimidad respecto a
qué hacer si sucede lo más probable, es decir, si el TC anula el referéndum.
La segunda opción
que tiene sobre la mesa Mas es a día de hoy la más factible: ya que no le dejan
hacer el referéndum, convocaría unas elecciones autonómicas para consultar
igualmente al pueblo de Cataluña. La idea sería convertir esos comicios en un
plebiscito en donde los partidarios de la independencia irían unidos. Y el
objetivo final sería alcanzar una mayoría absoluta que legitimara las
aspiraciones secesionistas y permitiera, o bien negociar con Madrid, o bien
declarar la independencia unilateralmente.
La idea de las elecciones anticipadas no
desagrada del todo a ERC, pues le permitiría seguir adelante con su plan
secesionista, pero no acaba de convencer a CiU, porque le dejaría en manos de
los republicanos y probablemente supondría la escisión entre Convergència y
Unió, dado que esta última formación no está dispuesta a formar un frente
independentista.
Otra cuestión que quedaría por definir
es cuándo serían esas elecciones, pues deben ser convocadas con 54 días de
antelación y, por tanto, ya no sería posible celebrarlas el día previsto para
el referéndum. ¿Serían a comienzos de 2015? ¿Se harían coincidir con las
municipales de mayo?
Finalmente, la tercera opción que tiene
sobre la mesa el presidente catalán es seguir adelante con la legislatura y
ganar tiempo hasta noviembre de 2016, que es cuando técnicamente tocan las
elecciones autonómicas. Esta opción supondría enfriar los ánimos soberanistas
y, por tanto, abrir una brecha definitiva con ERC. En consecuencia, y para poder
agotar la legislatura, CiU necesitaría otros apoyos parlamentarios, y en este
momento la única opción posible sería la de los socialistas catalanes (PSC).
[Artículo publicado en la revista TIEMPO el 12 de septiembre de 2014]
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